jueves, 6 de marzo de 2014



Los gametos más grandes (le) hacen bien (a) la ciencia y la tecnología

Laura Gallardo, Directora del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (www.cr2.cl)

En biología, el sexo se define según el tamaño de los gametos. Así, entre las mujeres prevalece el sexo femenino (gametos más grandes) y entre los hombres el sexo masculino (gametos más pequeños). En el caso humano, los óvulos son unas 40 veces más grandes que los espermatozoides. El género, por otro lado, es un constructo socio-cultural que asocia características y roles a personas de sexo femenino y masculino. 


 ¿Resulta todo esto en diferencias cognitivas significativas entre personas de sexo y/o género femenino y masculino? Sí, hay diferencias pero las mismas son plásticas y la variabilidad intra-grupo es igual o mayor a la diferencia inter-grupos. Ahora, en promedio, las personas de gametos grandes suelen presentar un pensamiento contextual, multifocal y en red muy apropiado para problemas complejos. En tanto que las personas de gametos pequeños suelen presentar un pensamiento lineal, focalizado y metódico muy apropiado para el análisis de sistemas. Por supuesto, no todas las mujeres son  contextuales, multifocales y en red. También las hay lineales, focalizadas y metódicas. Tampoco los hombres son sólo lineales, focalizados y metódicos. Por otra parte, ambos tipos de pensamientos son necesarios para hacer ciencia y tecnología y los mismos suelen co-existir en un mismo individuo en distintos momentos y circunstancias.

Entonces, ¿por qué hay sólo un 30% de mujeres investigadoras en el mundo?, ¿hay razones sexuales o culturales? Los estudios sugieren que el sesgo es cultural. Por un lado, la incorporación de mujeres a la academia es un fenómeno nuevo, digamos de los últimos 150 años y masivamente sólo en las últimas décadas. Por otro lado, persisten en nuestra sociedad sesgos y patrones de antaño. Por ejemplo, las imágenes de científicos son persistente y frecuentemente de hombres y por lo tanto se hace más difícil para las niñas identificarse con esas imágenes cuando aparece la pregunta “¿qué voy a ser cuando grande?”. Algo similar ocurre cuando las mujeres/hombres se desenvuelven en medios predominantemente masculinos/femeninos resultando en una falta del necesario sentido de pertenencia. La conciliación de la vida profesional o académica con la vida privada también suele constituir una barrera. Esta barrera es evidente en el caso de las mujeres que paren a los hijos pero también para hombres jóvenes y modernos que quieren ser parte del cuidado de sus familias.

 Y si todo esto, por las razones que sea, es así, ¿por qué preocuparse de incluir más mujeres en la ciencia y la tecnología o la política o las fuerzas armadas o lo que sea? Más allá de los argumentos de justicia y temporalidad, se me ocurren al menos dos razones. Primero, parece absurdo e ineficiente despreciar el potencial pensante y creativo de poco más del 50% de la humanidad. Segundo y más importante, los desafíos de la humanidad con todas sus personas y paisajes requieren de diversidad e inteligencia de todos los tipos para enfrentarlos. Incorporar a poco más de 50% de la humanidad nos hace más inteligentes y más resilientes frente a los cambios, incluyendo el cambio climático. En el CR2 somos diversos y con una cantidad similar de personas de mega y microgametos.

 


NB. Este texto se basa en una presentación que hice invitada por CONICYT en el contexto de las actividades para promover medidas de equidad de género en ciencia y tecnología.

Enlace recomendado: http://www.uis.unesco.org/_LAYOUTS/UNESCO/women-in-science/index.html#!lang=EN

martes, 21 de enero de 2014


Incendios más allá de la tos y el fuego: de la reacción a la PREparación


Laura Gallardo, René Garreaud, Susana Gómez, Mauro González, Antonio Lara
Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (www.cr2.cl)

Los incendios forestales que han afectado a todo Chile central estos días (Fig 1) ponen en evidencia el antropoceno en Chile, esto es, esta época en que las actividades humanas impactan el planeta de un modo comparable a las fuerzas geológicas generando cambios que suceden en un ritmo sin precedentes para la humanidad (http://www.anthropocene.info). 


Fig. 1. a) Los satélites permiten observar los incendios, el humo (gases y aerosoles) y su transporte alcanzando extensiones de varios cientos de kilómetros. b) Un fotómetro solar permite cuantificar el espesor óptico de los gases y aerosoles asociados al humo que afecta a Santiago. c) Santiago bajo cenizas y humo el día 4 de Enero. d) Imagen de prensa de los incendios en el Maule.
Más allá de un cigarrillo lanzado al azar u otra causa de ignición fortuita o no, los incendios no ocurren por casualidad. En estos incendios concurren una sequía que se ha extendido por años (Fig.2), la expansión de plantaciones forestales como monocultivos de pinos y eucaliptus (ambas especies altamente combustibles) en extensas áreas homogéneas constituyendo monocultivos (Fig. 3) y una institucionalidad reactiva con escasa PREparación. Las consecuencias de estos incendios van las pérdidas económicas por madera no exportada, la pérdida o disminución de servicios ecosistémicos tan importantes como la producción de agua, el turismo y la captura de carbono  hasta la exposición de las personas a niveles nocivos de partículas, muchas de ellas probablemente cancerígenas, pasando por modificaciones de tiempo atmosférico a escala local y regional. 
Fig.2. Precipitación anual (barras) registrada en la estación de la Quinta Normal en Santiago y promedio móvil de 10 años mostrando la tendencia. Los datos fueron facilitados de la Dirección Meteorológica de Chile. Elaboración R. Garreaud.

PREpararnos requiere saber explicar los mecanismos que subyacen a esta fase prolongada de escasas precipitaciones (“sequía”), proyectar la evolución de estos fenómenos en el contexto de un clima cambiante y perturbado por nuestras actividades, abordar de modo coherente el manejo del paisaje y el territorio y dotar a nuestra ciudadanía y sus instituciones de más competencia para mitigar los riesgos y mejor convivir con los cambios que se prevén. En el Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR2, http://www.cr2.cl/) estamos abordando múltiples aspectos del antropoceno y sus consecuencias en Chile. Estamos estudiando la variabilidad natural del clima de Chile a partir de registros instrumentales y paleoclimáticos cómo procesos naturales y antrópicos afectan el balance nutrientes en el océano superficial y en los suelos hacemos simulaciones regionales del clima y vemos cómo funcionan nuestras instituciones y de qué forma podemos mejorar la capacidad de nuestra diversa y desigual sociedad para enfrentar los cambios a venir. A partir de lo estudiado hasta ahora, resulta muy probable que eventos como los que han ocurrido estos días se vuelvan más habituales. Como CR2 estamos haciendo nuestro mejor esfuerzo para generar conocimiento que sea relevante a la toma de decisiones. Los actores políticos y la ciudadanía –por su parte- deben disponerse a enfrentar estos fenómenos más allá de los eventos y PREpararse ante un mundo y un clima cambiantes.

Fig. 3. Cambio en uso de suelo y cobertura vegetal en la región del Maule. Elaboración A. Lara.