martes, 21 de enero de 2014


Incendios más allá de la tos y el fuego: de la reacción a la PREparación


Laura Gallardo, René Garreaud, Susana Gómez, Mauro González, Antonio Lara
Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (www.cr2.cl)

Los incendios forestales que han afectado a todo Chile central estos días (Fig 1) ponen en evidencia el antropoceno en Chile, esto es, esta época en que las actividades humanas impactan el planeta de un modo comparable a las fuerzas geológicas generando cambios que suceden en un ritmo sin precedentes para la humanidad (http://www.anthropocene.info). 


Fig. 1. a) Los satélites permiten observar los incendios, el humo (gases y aerosoles) y su transporte alcanzando extensiones de varios cientos de kilómetros. b) Un fotómetro solar permite cuantificar el espesor óptico de los gases y aerosoles asociados al humo que afecta a Santiago. c) Santiago bajo cenizas y humo el día 4 de Enero. d) Imagen de prensa de los incendios en el Maule.
Más allá de un cigarrillo lanzado al azar u otra causa de ignición fortuita o no, los incendios no ocurren por casualidad. En estos incendios concurren una sequía que se ha extendido por años (Fig.2), la expansión de plantaciones forestales como monocultivos de pinos y eucaliptus (ambas especies altamente combustibles) en extensas áreas homogéneas constituyendo monocultivos (Fig. 3) y una institucionalidad reactiva con escasa PREparación. Las consecuencias de estos incendios van las pérdidas económicas por madera no exportada, la pérdida o disminución de servicios ecosistémicos tan importantes como la producción de agua, el turismo y la captura de carbono  hasta la exposición de las personas a niveles nocivos de partículas, muchas de ellas probablemente cancerígenas, pasando por modificaciones de tiempo atmosférico a escala local y regional. 
Fig.2. Precipitación anual (barras) registrada en la estación de la Quinta Normal en Santiago y promedio móvil de 10 años mostrando la tendencia. Los datos fueron facilitados de la Dirección Meteorológica de Chile. Elaboración R. Garreaud.

PREpararnos requiere saber explicar los mecanismos que subyacen a esta fase prolongada de escasas precipitaciones (“sequía”), proyectar la evolución de estos fenómenos en el contexto de un clima cambiante y perturbado por nuestras actividades, abordar de modo coherente el manejo del paisaje y el territorio y dotar a nuestra ciudadanía y sus instituciones de más competencia para mitigar los riesgos y mejor convivir con los cambios que se prevén. En el Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR2, http://www.cr2.cl/) estamos abordando múltiples aspectos del antropoceno y sus consecuencias en Chile. Estamos estudiando la variabilidad natural del clima de Chile a partir de registros instrumentales y paleoclimáticos cómo procesos naturales y antrópicos afectan el balance nutrientes en el océano superficial y en los suelos hacemos simulaciones regionales del clima y vemos cómo funcionan nuestras instituciones y de qué forma podemos mejorar la capacidad de nuestra diversa y desigual sociedad para enfrentar los cambios a venir. A partir de lo estudiado hasta ahora, resulta muy probable que eventos como los que han ocurrido estos días se vuelvan más habituales. Como CR2 estamos haciendo nuestro mejor esfuerzo para generar conocimiento que sea relevante a la toma de decisiones. Los actores políticos y la ciudadanía –por su parte- deben disponerse a enfrentar estos fenómenos más allá de los eventos y PREpararse ante un mundo y un clima cambiantes.

Fig. 3. Cambio en uso de suelo y cobertura vegetal en la región del Maule. Elaboración A. Lara.